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Comisión de ONU sobre Reforma del Sistema Financiero Internacional: Recomendaciones para una Acción Inmediata

Temática: Gobierno mundial. Instituciones Multilaterales.
Autoría: Comisión de Expertos del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre las Reformas del Sistema Financiero y Monetario Internacional
Año de Publicación: 2009
La Comisión de Expertos del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre las Reformas del Sistema Financiero y Monetario Internacional, convocada para que contribuya en la definición de un enfoque para aumentar la estabilidad y la equidad del sistema financiero mundial, presentó once recomendaciones para una acción inmediata, resultado de la primera reunión oficial de los dieciocho miembros de la Comisión (la próxima tendrá lugar del 8 al 10 de marzo en Ginebra). En la declaración, entregada a los representantes permanentes ante las Naciones Unidas por el presidente de la Asamblea General, Miguel d"Escoto, la Comisión sugiere prestar especial atención al impacto potencialmente perjudicial en los países en desarrollo de las políticas que los países desarrollados están tomando ante la crisis económica y financiera mundial.
La Comisión de Expertos del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre las Reformas del Sistema Financiero y Monetario Internacional celebró su primera reunión del 4 al 6 de enero en Nueva York. La crisis financiera actual, que comenzó en Estados Unidos, luego se extendió a Europa y ha adquirido ahora un carácter mundial. Incluso aquellos mercados emergentes y países menos desarrollados que manejaron relativamente bien sus economías, resistieron las malas prácticas crediticias, mantuvieron altos niveles de reservas en moneda extranjera, no compraron hipotecas tóxicas y no permitieron que sus bancos incurrieran en riesgos excesivos a través de derivados y apalancamientos se han visto afectados y es probable que sufran como consecuencia de ello. Cualquier solución global -medidas a corto plazo para estabilizar la situación actual y medidas a largo plazo para tornar cualquier recurrencia menos probable- debe prestar debida atención al impacto a producirse en estos países. De no hacerlo, no se podrá restaurar la estabilidad económica mundial ni el crecimiento económico, y la reducción de la pobreza a nivel mundial se verá amenazada.

Esta crisis económica y financiera mundial sin precedentes requiere una respuesta global sin precedentes. No sólo de parte del G-7, G-8, G-10, o G-20, sino de absolutamente toda la comunidad internacional, el denominado "G-192". Esto le otorga especial importancia a esta iniciativa del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que ha recibido tanto apoyo de todas partes del mundo.

La Comisión comenzó su labor buscando identificar los factores subyacentes que han contribuido a la magnitud de la crisis y a su rápida expansión alrededor del mundo y los principios generales que subyacen a las reformas institucionales necesarias que se requieren para asegurar un avance y una estabilidad económica mundial sostenida, que habrá de beneficiar a todos los países, tanto desarrollados como menos desarrollados.

Las normas y las reformas tienen un cometido: el mejor funcionamiento del sistema económico mundial para el bienestar global de la humanidad. Esto implica perseguir simultáneamente objetivos a largo plazo, como el crecimiento sostenido y equitativo, el uso responsable de los recursos naturales y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como problemas más inmediatos, incluyendo atender los desafíos planteados por las crisis financiera y alimentaria.

La Comisión advirtió que el hecho de no haber actuado rápidamente para abordar la caída económica mundial habrá de aumentar inevitablemente su profundidad y su duración, así como el costo eventual para restaurar la prosperidad. Teniendo esto en cuenta, la Comisión hace las siguientes recomendaciones para una acción inmediata, las cuales se concentran principalmente en el impacto adverso de la recesión mundial sobre los países en desarrollo.

  1. Resulta imperativo que todos los países desarrollados tomen medidas efectivas para estimular sus economías. Al hacer eso, deberían tener en cuenta las consecuencias adversas que podrían provocar sus acciones en materia de política monetaria y fiscal sobre otros países, especialmente sobre los países en desarrollo. Se podría llegar a requerir asistencia adicional para compensar estos efectos. Una política de estímulo efectiva debería ser oportuna, ofrecer más por menos, ayudar a enfrentar las presiones impuestas por la caída económica sobre los pobres, y en la medida de lo posible, contribuir a atender los problemas de largo plazo y prevenir la inestabilidad. Debería ponerse especial atención en abordar los potenciales impactos negativos sobre los desequilibrios globales.

  2. Existen grandes asimetrías entre las políticas económicas: mientras los países desarrollados adoptan políticas anticíclicas, la mayoría de los países en desarrollo siguen políticas procíclicas. Pero aun políticas simétricas pueden tener efectos asimétricos: las garantías proporcionadas a las instituciones financieras en los países desarrollados pueden no ser efectivamente equiparadas por los países en desarrollo. Tampoco pueden equipararse en amplitud y extensión a los subsidios que se suministran a las instituciones financieras y no financieras. El hecho de que alguna vez hayan existido condiciones parejas para todos puede llegar a debatirse, el hecho de que ya no existen más no. Incluso el hecho de saber que podrían recibir un rescate si las cosas salen mal le otorga a las empresas en los países industriales avanzados una notoria ventaja: pueden tomar riesgos que las de los países más pobres no pueden tomar. Esto subraya la falta de coherencia entre los acuerdos, políticas y marcos financieros y macro globales y aquellos que rigen el comercio.

  3. Resulta imperativo que se suministre a los países en desarrollo fondos que les permitan adoptar políticas comparables para estimular sus economías, proporcionar protección social y asegurar un flujo de liquidez a sus empresas, incluyendo el mantenimiento de créditos comerciales. El hecho de no poder suministrar tal apoyo puede tener efectos a largo plazo. Se registrará un aumento de la pobreza y la desnutrición, y la educación se verá interrumpida con efectos para toda la vida. El sentido de una solidaridad social global se verá menoscabado, haciendo que se torne más difícil alcanzar acuerdos en temas mundiales clave, como responder a los desafíos del cambio climático. Los países desarrollados deberían resistir la tentación de recortar la asistencia al desarrollo. Este es un momento para ampliar la asistencia, probablemente de al menos el veinte por ciento, incluyendo la asistencia para proyectos de infraestructura que apuntan a problemas a largo plazo relacionados con el desarrollo y el medio ambiente.

  4. En algunas partes del mundo se cuenta con abundantes fuentes de fondos líquidos, y se debería tornar disponible una mayor cantidad de estos fondos para los países en desarrollo necesitados. Sin embargo, los países que cuentan con estos fondos hoy en día no se encuentran adecuadamente representados en las instituciones multilaterales. Al tiempo que esto subraya la necesidad de realizar las tan discutidas reformas en materia de gobernabilidad, debería considerarse la creación en el corto plazo de un nuevo servicio crediticio, quizás dentro del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial o los bancos de desarrollo regionales o subregionales. Estos nuevos servicios deberían contar con gobernabilidad propia, reflejar los principios democráticos y contar con una representación más fuerte de los países en desarrollo. Estos nuevos criterios en materia de gobernabilidad podrían servir de modelo para futuras reformas de las instituciones multilaterales.

  5. Al tiempo que los fondos dentro de las instituciones financieras internacionales son limitados, resulta imperativo que se suministre una mayor cantidad de fondos, y que éstos sean proporcionados sin las condicionalidades habituales, especialmente aquellas que obligan a estos países a seguir políticas procíclicas o a adoptar los tipos de políticas regulatorias o monetarias que contribuyeron a la crisis actual. Además de los argumentos usuales contra estas condicionalidades, éstas contribuyen a las asimetrías globales, poniendo en desventaja a los países en desarrollo frente a los desarrollados y reducen los incentivos para que los primeros tomen los fondos, contribuyendo así a la debilidad económica global. Si bien aprobamos las medidas iniciales adoptadas por el FMI, cuestionamos el hecho de que sean suficientes.

  6. Se podría ofrecer un mayor financiamiento mediante una gran emisión de Derechos Especiales de Giro. La Comisión discutirá en reuniones posteriores modalidades alternativas mediante las cuales se pueda efectuar esto y evaluará reformas a más largo plazo en el sistema de reserva global.

  7. La Comisión advirtió varios esfuerzos regionales en respuestas cooperativas a la crisis, incluyendo el suministro de la liquidez necesaria, e instó a considerar su expansión. Por ejemplo, se debe prestar consideración inmediata a la extensión del apoyo a la liquidez de acuerdo con la iniciativa Chiang Mai sin el requisito de contar con un programa del FMI.

  8. La crisis se considera en forma generalizada como el resultado del fracaso de las políticas regulatorias de Estados Unidos y otros países industriales avanzados. A modo de realizar cambios realmente significativos, podría ser necesario aprender lecciones de aquellos países en el mundo desarrollado y en desarrollo que han evitado la inestabilidad.

  9. La crisis subraya cómo las políticas y las instituciones en los países desarrollados pueden tener efectos globales sistémicamente significativos. Los países en desarrollo deberían haber extendido el ámbito para establecer políticas e instituciones que fueran apropiadas para sus condiciones. Esto incluye el desarrollo de marcos que los ayuden a aislarse de los fracasos en materia regulatoria y macroeconómica en países sistémicamente significativos.

  10. Los miembros de la Comisión advirtieron que mientras la falta de transparencia es ampliamente reconocida por haber contribuido a los problemas del mercado financiero, se han registrado fallas significativas en materia de transparencia en relación con la forma en que se han llevado a cabo los rescates financieros. La Comisión exhortó a una mayor transparencia de todas las partes en su respuesta a la crisis.

  11. Al tiempo que se recibiría con beneplácito una finalización exitosa de las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha, se podrían implementar inmediatamente ciertas acciones, a saber la apertura de mercados en las economías avanzadas a las exportaciones de los países menos desarrollados.

La Comisión continuará su labor sobre reformas a las políticas regulatorias y macroeconómicas en las instituciones económicas internacionales y acuerdos que habrán de potenciar la estabilidad y prosperidad económica y financiera mundial. La próxima reunión plenaria tendrá lugar en Ginebra del 8 al 10 de marzo.



Miembros de la Comisión de Expertos del Presidente de la Asamblea General de la ONU sobre las Reformas del Sistema Financiero y Monetario Internacional.


  • Presidente: Joseph Stiglitz (Estados Unidos). Premio Nobel de Economía (2001). Ex vicepresidente y Economista Jefe del Banco Mundial.

  • Jean-Paul Fitoussi (Francia). Presidente del Consejo Científico del Instituto de Estudios Políticos de París. Presidente del Observatorio Francés de Coyuntura Económica.

  • Charles A. E. Goodhart (Reino Unido). Profesor Norman Sosnow de Banca y Finanzas, London School of Economics. Ex Asesor Principal del Banco de Inglaterra y miembro de su Comité de Política Monetaria.

  • Pedro Páez (Ecuador). Ex ministro Coordinador de Política Económica.

  • Jomo Kwame Sundaram (ONU). Secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico.

  • José Antonio Ocampo (Colombia). Ex secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales y ex secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Ex ministro de Hacienda. Profesor de la Universidad de Columbia.

  • Avinash Persaud (Barbados). Presidente de la firma Inteligencia Capital Limited. Miembro del consejo de la London School of Economics. Director fundador de la Global Association of Risk Professionals.

  • Yaga Venugopal Reddy (India). Gobernador del Banco de Reserva de India.

  • Zeti Akhtar Lzu (Malasia). Gobernador y Presidente del Banco Central de Malasia.

  • Eisuke Sakakibara (Japón). Ex viceministro de Finanzas para Asuntos Internacionales. Profesor de la Universidad de Waseda (Tokio).

  • Chukwuma Soludo Qr {Nigeria). Gobernador del Banco Central de Nigeria.

  • Yu Yongding (China). Director del Instituto de Economía y Política Mundial, Academia China de Ciencias Sociales. Ex miembro del Comité de Política Monetaria del Banco Popular de China.

  • Heidemarie Wieczorek-Zeul (Alemania). Ministra de Cooperación Económica y Desarrollo.

  • Yousef Boutros-Ghali (Egipto). Ministro de Hacienda. Presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI.

  • Rubens Ricupero (Brasil). Ex secretario general de la UNCTAD. Ex ministro de Finanzas.

  • Robert Jonson (Estados Unidos). Ex economista jefe del Comité Bancario del Senado. El ex director de Soros Fund Management. Miembro de la Junta de Directores del Economic Policy Institute y del Institute for America"s Future.

  • Andrei Bugrov (Rusia). Ex representante principal de la Federación de Rusia y ex miembro de la Junta de Directores del Banco Mundial. Director general del grupo industrial Interros Company.

  • Benno Ndulo (Tanzania). Gobernador del Banco de Tanzania.

  • Relator: Jan Kregel.


Etiquetas: Gobierno Mundial.